En la cuarta entrega de Small Axe, el multipremiado cineasta Steve McQueen presenta la que podría ser la historia menos lograda de su ya aclamada saga antológica. El realizador delinea un relato estructurado a través de flashbacks que nos narra la historia de vida de Alex Wheatle, reconocido escritor británico. Los conflictos a los que deberá enfrentarse el joven Wheatle durante su adolescencia resignifican lo que McQueen ya exponía, con un claro posicionamiento de denuncia crítica, en sus anteriores episodios.
Sinopsis
Episodio centrado en la vida y trayectoria del premiado escritor Alex Wheatle (Londres, 1963), interpretado por Sheyi Cole, desde sus años de adolescencia hasta sus primeros años como adulto.
Tras haber pasado su infancia en un centro institucional para blancos, sin el amor y el cariño de una familia, Alex encuentra en Brixton por primera vez no sólo un sentimiento de comunidad, también su propia identidad y la oportunidad de dar rienda suelta a su pasión por la música.
A los 16 años, bajo su nombre de DJ, Yardman Irie, Alex cofunda el sistema de sonido Crucial Rocker y escribe letras sobre la vida cotidiana en Brixton junto a su amigo Dennis Isaacs (Jonathan Jules). Sin embargo, cuando 13 jóvenes negros británicos de entre 14 y 22 años mueren en el ahora infame incidente de New Cross Fire (también conocido como el incendio de Deptford), que la comunidad cree que tiene motivaciones raciales, Alex queda devastado.
El incidente de New Cross Fire (del que se cumplen este mes 40 años) fue uno de los factores, pero no el único, que condujo a los disturbios de Brixton por el que Alex Wheatle es arrestado. En su celda se enfrentará a su pasado y vislumbrará un camino de reparación.
El contexto como conflicto
Los principales problemas que presenta Small Axe: Alex Wheatle están vinculados con su marcada propuesta narrativa. Desde un primer momento, nos queda claro que la intención es contar la historia drástica de un personaje con motivaciones y conflictos relacionados con el contexto socio-cultural. Lo que sucede es que la trama se interrumpe por intermitentes saltos temporales que no permiten establecer un fuerte desarrollo del personaje.
Los momentos que más destacan se encuentran ligados, una vez más, a la música como rasgo identitario. En los primeros 70, un inseguro Alex comienza a incursionar en el rockers reggae y se introduce de lleno en el ámbito callejero. Allí aprenderá las verdaderas lecciones de vida que le habían sido bloqueadas en el orfanato de su temprana niñez. Es que Wheatle vive una herencia cultural tardía. No era más que un pobre afrodescendiente sin familia, criado en instituciones británicas vaciadas de los rasgos característicos de su cultura y su identidad. Alex deberá aprender a hablar con acento y a entender la historia de sus orígenes para poder luego escribir la propia.
La histórica herencia cultural
En Brixton, vivirá experiencias excitantes y peligrosas al mismo tiempo. El punto cúlmine, y desencadenante crucial para su transformación personal, tendrá lugar en los trágicos disturbios de 1981, revueltas de la comunidad negra en contra del abuso y racismo de las fuerzas policiales. A partir de estos hechos, Alex terminará de descubrir la herencia cultural que realmente lo define y se abrirá paso a la escritura, impulsado por su mentor rastafari en prisión.
Small Axe: Alex Wheatle aborda temáticas repetidas, pero enfatizando la estructura narrativa estilo biopic, decisión estilística que parece haberle jugado en contra. Los motivos ya fueron sugeridos: no podemos dejar de sentir que al entusiasta Alex Wheatle le falta desarrollo, y los momentos donde la música aparece como contrapunto inspiracional son escasos. Sin embargo, la apuesta de McQueen no pierde valor alegórico: los personajes son carismáticos y dan cuenta de una realidad situada con el nivel de meticulosidad descriptiva que caracteriza a las entregas anteriores.
Conclusión de 'Small Axe: Alex Wheatle'
Small Axe: Alex Wheatle es una breve reflexión acerca del poder identitario de la cultura, que direcciona el talento creativo de tantas figuras históricas. El novelista Alex Wheatle es una de ellas, y Steve McQueen acierta (a pesar de sus fallas) al reivindicarlo. Alex Wheatle no se aproxima al nivel de vuelo creativo que nos proponía Lovers Rock (el mejor de la serie hasta el momento) pero aún así sostiene su mensaje con poder simbólico.
Publicado originalmente en Cinemagavia (España).
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